Crónicas de nunca más: La comunidad del fuego


Artistas en Resistencia sale de Tegucigalpa a recorrer las tierras del nunca más, a palpar la herida abierta de la patria, a construir memoria histórica –individual y colectiva-, a dar su aporte a la pedagogía de la lucha, a levantar conciencia, a oxigenar la llama de la resistencia popular, a meterle materia artística a la hoguera de la dignidad del pueblo hondureño.
La Exposición Itinerante de Fotografía “TIERRAS del NUNCA MÁS” comienza a girar por Honduras. La primera estación: Trinidad, Santa Bárbara, en el contexto de la Feria “Paseo Real de las Chimeneas Gigantes”, dedicada este año a denunciar a los nefastos personajes que propiciaron y ejecutaron el golpe de Estado militar.
El proyecto desarrollado por Artistas en Resistencia reúne una muestra de imágenes de la represión desatada por el régimen de facto presidido por Roberto Micheletti Baín; pero también de fotografías que muestran la consciente respuesta del pueblo hondureño organizado en valiente Resistencia.
A las 11 de la mañana llegamos a la sede de Teatro La Siembra, trinchera artística que ha sido bastión importante del arte popular y de la Resistencia. Lo primero que vemos es el perfil del General Francisco Morazán, pintado en la pared encalada por niños y niñas dirigidos por Ramón “La Mega”, que nos llama a mantenernos firmes en el ejército de la Resistencia y nos infunde la energía necesaria para iniciar más de seis horas de montaje de la exposición, luego de otras tantas de viaje. El lema de la feria –“Aquí sólo el ocote se raja para encender la esperanza”- también nutre de convicción nuestros corazones.
El fuego parece ser el elemento constante que nos acompañará: fuego transparente baja del cielo y nos envuelve; fuego encontramos en los abrazos amistosos, solidarios, de “La Mega”, de Delmer López, de Pilín, de Carlos, de los hombres y mujeres que nos ofrecen su hospitalidad y el reconocimiento de que somos un sólo puño en la Resistencia; fuego promete consumir las chimeneas gigantes; fuego católico amenaza amordazar la expresión de los jóvenes que elaboraron en casi un mes de trabajo las chimeneas; fuego hay en la epístola del párroco Mario Adín Cruz en defensa de la juventud revolucionaria; de fuego popular es el círculo que gira y se expande, justiciero, en busca de la sombra del golpe y sus sombríos emisarios.
La noticia de nuestra llegada “con las fotografías de la Resistencia” corre de boca en boca. Antes de que el montaje de la exposición esté culminado las visitas comienzan a llegar: mujeres, hombres, niños, ancianos, comerciantes y uno que otro golpista que se asoma a curiosear y se marcha torciendo el pico, herido por el rayo de las imágenes que los acusan irredimiblemente. Antes de ser inaugurada la exposición “TIERRAS del NUNCA MÁS” ya la han visto más de cien personas; al día siguiente llegan unas doscientas y culminamos el tercer día con otras doscientas o doscientas cincuenta. Aún cuando estamos desmontando las fotografías para embalarlas y continuar la gira, siguen llegando personas en busca de ese registro de la barbarie oligárquica y de la digna respuesta del pueblo de Morazán. A todos les
hemos regalado postales de “TIERRAS del NUNCA MÁS” para que no lo olviden, para que cuenten que la Resistencia sigue viva; para que revivan los momentos de la lucha; para que nazca o se fortalezca en sus corazones la compartida tarea de que los hechos narrados en imágenes por Hugo Bautista, Irene Maradiaga, Delmer Membreño, Paúl Carbajal y Ariel Sosa –los cinco fotógrafos seleccionados por el jurado para integrar la exposición- no se repitan nunca más en Honduras; para que no vuelvan a dar golpes de Estado al pueblo hondureño, para contribuir a la liberación de la patria.
Samuel Trigueros
5 de diciembre de 2009 (a 160 días de Resistencia pacífica popular)

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