Canción en harapos
Por Silvio Rodríguez (Cuba)
Que fácil es agitar un pañuelo a la tropa solar
del manifiesto marxista y la historia del hambre.
Que fácil es suspirar
ante el gesto del hombre que cumple un deber
y regalarle ropitas
a la pobrecita
hija del chófer.
Que fácil de enmascarar
sale la oportunidad.
Que fácil es engañar al que no sabe leer.
Cuántos colores, cuántas facetas
tiene el pequeño burgués.
Que fácil es trascender con fama de original,
pero se sabe que entre los ciegos el tuerto suele mandar.
Que fácil de apuntalar sale la vieja moral,
que se disfraza de barricada
de los que nunca tuvieron nada.
Qué bien prepara su máscara el pequeño burgués.
Viva el harapo, señor,
y la mesa sin mantel.
Viva el que huela
a callejuela,
a palabrota y burdel.
Viva el harapo, señor,
y la mesa sin mantel.
Viva el que huela
a callejuela,
a palabrota y burdel.
Desde una mesa repleta cualquiera decide aplaudir
la caravana en harapos de todos los pobres.
Desde un mantel importado y de un vino añejado
se lucha muy bien.
Desde una mesa gigante y un auto elegante
se sufre también.
En un amable festín se suele ver "combatir".
Si fácil es abusar, más fácil es condenar,
y hacer papeles para la historia, para que te haga un lugar.
Que fácil es protestar por la bomba que cayó
a mil kilómetros del ropero y del refrigerador.
Que fácil es escribir algo que invite a la acción
contra tiranos, contra asesinos,
contra la cruz y el poder divino,
siempre al alcance de la vidriera y el comedor.
Viva el harapo, señor,
y la mesa sin mantel.
Viva el que huela
a callejuela,
a palabrota y burdel.
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