Carta de Leda García (Costa Rica)
Palomas:
Hoy me entraron nostalgias permitidas, frente a casa hay un valle con montañas azules que decoloran sus cabellos cuando el sol las invade y al amanecer, cientos de pájaros traviesos atraviesan su cuerpo. Me recuerda la infancia.
De chiquilla tomábamos cartones y sentados sobre ellos nos deslizábamos por sus faldas siempre bondadosas. Qué susto! Qué delicia de viento golpeándonos el rostro...
Hoy los niños y niñas no saben de montañas ni de cartones libertarios, la tv y la compu han robado sus cerebros y a nadie parece interesarle el resultado final. Todos ruedan y ruedan en esa vorágine de carruseles malditos. Es el camino sin regreso.
La niña que fui sigue habitándome el silencio, pero a veces la rescato y juntas volvemos a la montaña azul envueltas en ese viento cómplice...
La libertad no se discutía, era un derecho inalienable y cada quién pagaba a su país con amor del bueno, eso bastaba.
Hoy el temor acecha en la montaña de todos, el crimen y la impunidad ondean su bandera destructora y aquellos en quienes la Patria confió, hundieron el puñal matrero en sus espaldas.
Honduras vive hoy su momento más oscuro, ¿podremos rescatarla?
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