Alba Ochoa Camacho y muchos más, procesados ilegalmente
Vita Randazzo (Honduras)
Esta noche 26 compañeros y compañeras esperan la decisión del juez que evaluará las pruebas presentadas por la fiscalía y dirá si vuelven a casa o pasan a ser imputados de los delitos de Terrorismo, Sedición, Rebelión, Asociación Ilícita, Robo, Incendio y quien sabe que delitos más. Es probable que los manden a la Penitenciaría Nacional por el tiempo legal para inquirir que es de seis días y luego inicien el respectivo juicio. Es probable que los juzguen y los declaren culpables basados en pruebas absurdas que no hacen sino remarcar la farsa legal en donde vivimos. Con esto tendremos presos políticos. Nuestros primeros presos y presas políticas de una dictadura que aplica el manual antisubversivo plenamente.
Está claro que si bien el Gobierno de Micheletti ha perdido las esperanzas de lograr alguna aceptación por parte de los países latinoamericanos, hoy mismo han sido expulsados los embajadores hondureños de Argentina y Chile en muestra clara de rechazo al régimen y si bien al interior de los Estados Unidos parecen estar ganando cierto espacio diplomático con el trabajo de lobistas que han puesto al desnudo la cara imperialista del gobierno de Obama, que poco difiere de la de su nefasto antecesor, y aunque no se ha logrado la implementación de sanciones más concretas que afecten de forma real las estructuras económicas del golpismo, el terreno internacional sigue siendo controlado por Zelaya.
Pero el interés de este gobierno no es ya tanto el control del plano internacional, está claro que poco pueden lograr y aunque no dejan las esperanzas de un cambio producto de las campañas publicitarias que buscan cambiar la imagen y aprobación de régimen, el verdadero problema que tienen ahora es interno.
La apuesta desde de la clase política gira alrededor de las elecciones generales del próximo noviembre. Seguros que luego de electo el nuevo presidente podrán abrir espacios diplomáticos que llevará a la normalización de las relaciones internacionales en materia económica, han puesto todo su esfuerzo en meter a la población en la campaña política que no logra arrancar pese a haber lanzado su convocatoria en dos ocasiones distintas en el último mes. El pueblo hondureños simplemente no quiere escuchar nada de campañas políticas.
Además, poco a poco el discurso y el interés de la resistencia han ido cambiando y esto es ahora lo que les asusta. Ya no es Mel Zelaya el interés principal de los sectores populares y aunque hay elementos que buscan meter a la resistencia de lleno en la campaña electoral, lo cierto es que esa iniciativa no goza de la aprobación de las bases: ¿cómo participar en unas elecciones que nos niega como grupo?, ¿Qué garantía puede este gobierno presentarnos?, ¿Cómo pensar en legitimar un régimen a través del voto popular? El interés ahora de la resistencia es la constituyente y eso sí les asusta.
Luego de cuarenta y seis días de resistencia a nivel nacional las clases dominantes han reconocido que, si bien poco articulados en el inicio, existe una sólida base social de las organizaciones que mantienen este esfuerzo. No es una resistencia improvisada, como ellos pensaron en un inicio, sino que son todos los sectores populares, que ahora han pasado de defender sus propias reivindicaciones, a acoger una causa aglutinadora como es el golpe de estado reconociendo ahora un enemigo común: una oligarquía dispuesta a llegar a las últimas consecuencias con tal de impedir el avance del pueblo al poder. ¿Que pueblo del continente reconoce con nombre y apellido a su enemigo de clase?
Y entre las acciones de la Oligarquía están las judiciales. El gobierno necesita de presos políticos, no tanto para menguar las acciones callejeras, que bien saben no ocurrirá sino lo contrario, más gente comenzará ahora a movilizarse por la liberalización de nuestros camaradas, los necesita para poder luego negociar una amnistía general. Un perdón de todos los delitos políticos incluyendo, según ellos, las torturas y asesinatos, la represión y el acoso a que nos han sometido las últimas semanas a cambio de la libertad de los hombres y mujeres que mantienen en sus calabozos.
Pero saben que si la amenaza de la causa judicial no funciona y comienzan a llenar las celdas de prisioneros políticos, el régimen pasará a una etapa nueva del manual de la CIA: el asesinato de líderes de la resistencia como un intento de crear terror en todos nosotros.
Por la liberación y en honor a mi amiga Alba Ochoa y demás presos políticos, seguiremos resistiendo.
¡NO PASARÁN!
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